martes, 12 de abril de 2011

domingo, 10 de abril de 2011

HOTEL SARAY DE GRANADA

Reservé habitación en el Hotel Saray con dos meses de antelación, habida cuenta de que jugaba la Selección Española en Granada en la misma fecha en que estábamos citados para el IV Encuentro de Poesía en la Red.

El Saray es un moderno hotel de cuatro estrellas, con ascensores exteriores acristalados que permiten tener una bonita vista de la ciudad mientras se usan.

Imagino que durante la temporada estival el hotel debe ser en Granada un lugar envidiable, pues dispone de piscina, terrazas y cafeterías al aire libre.

Tiene dos salas para reuniones y congresos. Nosotros ocupamos una para el recital de poesía, con cena incluida, que nos costó 36 euros por cubierto.

Las habitaciones son confortables, climatizadas y limpias. Contienen caja fuerte y minibar, que se repone a diario; servicio de internet y televisión.
El servicio es  extremadamente atento y amable.
El minibar resulta carísimo: una mini botellita de brandi, güisqui, o ron, con el mismo contenido que te sirven en el bar cuando pides una copa, cuesta 8 euros; un refresco de fanta o coca cola 3´50. O sea. Si te haces un cubata, te sale por 11´50.

Yo no tomé nada en la habitación. La neverita la ocupé con insulina y medicamentos de mi esposa.

Tampoco usé el ordenador ni el wifi de la habitación, pues costaba 8 euros diarios. Me conformé durante la siesta con acceder a internet con mi teléfono móvil, Nokia 6. Para los que aman ver películas en la tele o partidos de fútbol, les podía costar 12 euros. Nosotros preferimos ver el cine de estreno en las salas de cine: son mejores películas y es más barato; además, llegábamos a media noche muy cansados y sólo pensábamos en dormir.

En la cafetería del hotel, una copa de cerveza costaba 2´50, y la famosa tapa tradicional granadina solía ser un platito de almendras.

El restaurante es un lugar muy íntimo y tranquilo; comer a la carta es muy caro; pero también te ofrece un menú del día exquisito a 19 euros.

A cien metros del hotel hay una terraza en la que ofrecen un menú de comida casera por 10 euros. Nosotros comimos en ella tres veces; pero ni el menú, ni el servicio y tranquilidad de lugar eran comparables al del hotel.

Como teníamos el desayuno-bufet incluido en el precio, nos organizamos de manera que las tres comidas que solemos hacer en casa se distribuyeran de la siguiente:

Desayuno a tope. Por ejemplo: huevos fritos con beicon y patatas + queso + más zumo + ensalada + frutas.

Al mediodía: menú del día en el hotel o en cualquier otro lugar

Cena: Tapeando por el centro histórico.

Lo único a reprochar al hotel es que el servicio de limpieza de habitaciones comienza a las siete, y por mucho cuidado que ponían las empleadas me despertaban. Sobre todo los dos días del fin de semana, que a las seis y media ya sentíamos el montacargas abriendo sus puertas y a las empleadas empujar sus carritos de limpieza por los pasillos.
Por cierto: si alguna vez os alojáis en el Saray de Granada, evitad que os den una habitación que esté pegada al montacargas: te despiertan muy temprano.
Resumiendo: es el excelente hotel donde me hospedaría de nuevo si volviera a Granada.Se halla ubicado al lado del Palacio de Congresos y a veinte minutos a pie del centro histórico y ruta de las tapas.